"En mis zapatos, solo para ver como es ser yo. Yo seré tú, tú serás yo. Sentiré tu dolor, tu alegría, tu pena, tu llanto, tu risa...Sentiré lo que tu quieras que sienta. Solo para ver que encontramos, aquello que vemos desde los ojos del otro, cómo lo vemos o cómo lo percibimos."
Todos necesitamos a un guardián que nos salve en los momentos difíciles. Aquel que se calza tus zapatos para conocerte mejor. Aquel que siempre esté ahí, aunque el helicóptero de rescate se haya ido. Aquel que te diga que has de estar tranquilo, porque esta vez va a salir todo bien. Aquel que si la cuerda que os traslada durante el viaje se va deshilachando, decida soltarse para que puedas salvarte. Aquel que si estás bailando en una gran actuación se quite las aletas y el neopreno y acuda a verte, y que una vez en plena actuación no deja en paz a la amiga que le acompaña porque con las prisas se le olvidó quitarse las lentillas y no es capaz de distinguirte.
Todos, incluido yo, necesitamos querer. Ese es nuestro guardián.