sábado, 23 de octubre de 2010
No recuerdo nada más que la oscuridad. Sé que un tiempo más tarde mientras ya me acostumbraba al frío y mis ojos se acomodaron a la oscuridad vi algo a lo lejos, latía, cada vez con más fuerza, era una luz clara y desprendía calor. No quería ver nada más de la oscuridad a la que estaba acostumbrada, pero, sin querer me sentía obligada a mirar ese resplandor que se hacía grande como si de un sueño se tratase. Sin querer la luz se llevó más de lo que quise que se llevara… pero, no había frío, ya no quedaba frío.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
El amor es como una goma elástica que dos seres mantienen tirantes sujetándola con los dientes.
Un día, uno de los que tiraban se cansa, suelta, y la goma le da al otro en las narices.
Un día, uno de los que tiraban se cansa, suelta, y la goma le da al otro en las narices.
No hay comentarios:
Publicar un comentario