Y si me quieres, ¿porqué no me has besado todavía?
- ¿Sábes? Eres realmente tentador. Yo estaba bien tranquila, bailando, bebiendome la noche y has llegado y me he vuelto loca. Ya no estoy tranquila, ya no bailo, ahora te beso, y ya no me bebo la noche, ahora me bebo tus besos.
- Atrévete a decir que no te gusta...
- ¡Me encanta! Pero es hora de que cenicienta vaya a casa.
- No, no, escucha. Mírame a los ojos, mírame y dime que me quieres.
- Te quiero.
- ¿Mucho?
- Lo suficiente como para que cenicienta pierda su carroza, sus caballos, su vestido y sus zapatos, llegué tarde a casa y ponga la escusa de que se le perdió el reloj.
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