miércoles, 29 de septiembre de 2010

Subo. Y bajo. Vuelvo a subir y cuando toco el cielo con los dedos, vuelvo a bajar. Al sótano. Menos uno, menos dos, menos tres. Donde todo está oscuro, donde estoy sola, donde hace frío, donde no tengo fuerzas ni para llorar. Siempre es de noche, y odio las noches que paso sola, en silencio, mordiéndome la lengua y haciendo fuerza. ¿Para qué? Total, nadie me ve. Nadie lo sabe.Sigo caminando, por una cuerda floja. Abajo hay un precipicio, un lugar que no tiene fondo, y los que van no vuelven. Yo no quiero ir, aún no...Porque quiero seguir siendo esa chica de ojos verdes y pelo ondulado que se desespera los días de lluvia porque se le riza y no le gusta. No tengo un amante secreto, porque si lo tengo se lo grito al mundo entero, porque él es todo lo que quiero. No quiero duelos, quiero que me coman a besos, y que día tras día me digan lo guapa que voy o lo bien que me quedan esas botas. Quiero seguir vistiendo vaqueros y sudadera, y arreglarme mucho más los fines de semana para salir, y por qué no, también ese día en el que quiero que al pasar por delante de ti te fijes en mí, y me dediques una de tus sonrisas que me pierden. No quiero perder un zapato, quiero quitarme los dos para así bailar toda la noche sin parar, esperando que al final lo acabes todo con un beso y ese típico "buenas noches princesa".. aunque sepa que no puede ser.

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El amor es como una goma elástica que dos seres mantienen tirantes sujetándola con los dientes.
Un día, uno de los que tiraban se cansa, suelta, y la goma le da al otro en las narices.