Si es cuestión de confesar...
Me fijo cuando sonries, cuando ries sin parar y cuando me miras con esa cara de cabreado. SIEMPRE, me fijo en todo lo que haces. Desde el primer día sigo tus pasos y tú ni te das cuenta..
Todas esas cosas hacen que me vuelva a enamorar de ti cada día, que las eche de menos cuando estoy lejos y no puedo tocarte. Por eso, esto nunca se termina. Porque renuevas nuestras fuerzas diariamente. He llegado al punto, el cual me basta solo con verte, con saludarme con tu gran beso o con acariciarte la cara, las manos, con acariciarte.
Una y mil veces más, TE QUIERO.
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