He salido a la calle abrazado a la tristeza, vi lo que no mira nadie y me dio vergüenza y pena. Soledad que te pegas a mi alma en la dulce soledad de este campo de otoño. No hay momentos de sosiego. Rebeldía pura de amores sin amores. Ilusiones puras y puros conformismos intentando levantar el espíritu nostálgico de querer estar contigo y nunca estarlo. Me da pena que se admire el valor en la batalla; menos mal que con los rifles no se matan las palabras. Y si surgen saludos y palabras tal vez notes la dureza de mi estilo queriendo no herirte en nada, y en mi soledad sólo herirme yo mismo. No me des más esperanzas: sé que todo son mentiras; sacos llenos de agujeros para guardar alegrías...

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